Problemas típicos y su repercusión en la producción
¿Tiene problemas con su sistema de aire comprimido? A menudo, los problemas pasan desapercibidos y acarrean costosas consecuencias. He aquí los problemas más comunes que pueden afectar a su eficiencia:
- Humedad y punto de rocío a presión inexactos
Si la humedad del aire comprimido no se controla correctamente, existe el riesgo de dañar componentes sensibles y perder calidad durante la producción. Un punto de rocío a presión incorrecto puede provocar la condensación de agua en la cadena de aire comprimido y perturbar sus procesos. - Control insuficiente de la presión
La falta de presión o una presión demasiado baja pueden hacer que sus sistemas no sean fiables. Las fluctuaciones en la presión del sistema provocan un mayor consumo de energía y pueden acortar la vida útil de sus dispositivos. Sin una supervisión precisa, existe el riesgo de que se produzcan pérdidas de rendimiento e incluso paradas completas del sistema. - Pérdidas de caudal y sobrecargas
Si el caudal de su sistema de aire comprimido no se mide con precisión, existe el riesgo de que no se detecten sobrecargas o averías. Esto puede provocar un consumo innecesario de energía y paradas de producción. Además, a menudo se desaprovechan posibles ahorros. - Fugas en el suministro de aire comprimido
Las pequeñas fugas que pasan desapercibidas durante mucho tiempo pueden provocar pérdidas de energía considerables. Incluso las fugas mínimas se acumulan rápidamente y aumentan los costes de explotación. El reto consiste en reconocer estas fugas a tiempo antes de que causen daños mayores. - Vapor de aceite y aceite residual en aire comprimido
El vapor de aceite y el aceite residual en el aire comprimido pueden comprometer la calidad del producto y provocar depósitos en máquinas y tuberías. Un control y una filtración inadecuados pueden provocar contaminación e interrupciones en procesos de producción sensibles. Esto supone un riesgo importante, especialmente en industrias con estrictos requisitos de pureza. La medición precisa y la inspección periódica son esenciales para evitar paradas de producción y elevados costes de mantenimiento.